¿Qué puedes hacer cuando tu mejor amiga y tu novio se retan a un partido a dobles de tenis y te involucran a ti, que jamás en la vida has cogido una raqueta más que para mirarla mientras piensas "yo jamás seré capaz de jugar con esto"?
¿Sabes la respuesta?
NADA, NO PUEDES HACER NADA
¿Y la apuesta?... Una cena ¡UNA CENA! ¿Os lo podeis creer? (Claro, para recuperar calorías consumidas en un esfuerzo por no hacer el ridículo e intentar llegar a la pelota). Es surrealista. Así que llevo desde el día 29 de octubre oyendo un "¡Qué buena me va a saber esa cena!" por ambas partes.
Por supuesto los dos piensan que van a ganar, pero la parte CON la que yo juego cuenta que voy a aprender a jugar en dos días, y la parte CONTRA la que yo juego sabe a ciencia cierta que no vamos a ganar porque también cuenta con una ventaja... ¡ES QUIEN ME TIENE QUE ENSEÑAR A JUGAR!, vamos, que ya os contaré cómo ha terminado esta historia.
Bicos
JUDITA
lunes, diciembre 26, 2005
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